domingo, 13 de enero de 2008

Una ambulancia con Whisky


Me llamo Sven y mori ayer tal vez la semana pasada. Realmente no sé que sucedió. No sé si fue una inyección de veneno en las venas o si me estallaron una botella de whisky en la cabeza. No sé . No sé . O si me abalearon en la puerta del Bar Anaconda. O tal vez en el Bar Los Moluscos. Lo único que recuerdo son las luces de un bar, el baño lleno de vómito y una cancion, with or without you en el fondo del recinto, en el fondo de las luces, en la lluvia , un letrero en el espejo que decía "entonces le diré que nunca mas me pondre esa ropa", un teléfono, una ambulancia, una puerta blanca y de nuevo alguien que decia oye tranquilo yo puedo vivir sin ti, with or without you, doce de la noche, mierda se nos muere, mucha heroína, mucho alcohol, mucha tristeza, mierda quedese tranquilo, relájese, piense en el cielo azul, en una cuidad con edificios blancos, sueñe con un potrero lleno de naranjas, con una mañana con lluvia de aves negras piense lo que se le de la gana, mierda se nos va, tranquilo with or withaut you.

En la ambulancia me sentí como un muñeco de trapo. Un muñeco de trapo abaleado por las luces de la sirena, el mareo, la noche y el olor a sangre, tenía ganas de cagar diamantes . Cerré los ojos y de pronto me senti como un árbol atarvesados por cuchillos blancos.


Creo que en la ambulancia me enamoré de la enfermera. Era una enfermera, como la de las películas, un poco con los ojos claros, con las manos finas y poesía ese olor a sangre con perfume de rosas, ese perfume yo no sé, que mareaba, que me enloquecía, ese perfume que sabía a doce de la noche, a mírame preciosa antes de que muera. Le dije a la enfermera que me parecía conocerla, que tal vez la había visto en un parque leyendo algún libro, que tal vez la había visto en alguna lluvia o que a lo mejor el calor de su cuerpo me recordaba el aliento de las mañanas de sol. Pero, puta mierda. Ella me dijo que no le gustaban los parques. Falsa alarma. Y pensé, yo a ésta la he visto en alguna parte, miereda, ésta tiene cara de caminar por las calles, tiene cara de cantar Spend the night together. Olía a limpio, a alcohol. Creo que le dije oye preciosa me quieres? y ella respondió claro precioso, te quiero, pero quédate quieto. La sirena siguió aullando y creo que estaba muy mal cuando pasamos por la Avenido Blanchot porque alcancé a escuchar el murmullo de la gente en los bares, en las calles, en los parques. El murmullo de las calles se me escapaba definitivamente por entre el pliegue diminuto de los dedos y la risa. Mierda. El ruido de la calle, el olor de la calle, el perfume del mundo se estaba diluyendo vertiginosamente en el reflejo de la lluvia y entonces le dije a la enfermera que siempre habia querido una muerte así, con violencia, con whisky en la mitad de los sesos, una muerte nocturna y en una ambulancia con una enfermera que de dijera que pasáramos la noche juntos. Ella me respondió que me quería dar un beso en la mitad de mis sueños ensangrentados. Claro preciosa. La sirena siguió aullando como una perra herida que corría rompiedo el aliento caliente de la noche.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Opio en las nubes..interesante...

Anónimo dijo...

es el mejor capitulo de todo el libro