sábado, 5 de mayo de 2007

Homenaje a Vallejo


LOS DADOS ETERNOS

Dios mío, estoy llorando el sér que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado...
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.

Dios míos, y esta noche sorda, obscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.

3 comentarios:

Oliverio dijo...

El tema general gira en torno al dolor y al sufrimiento como los sentimientos más profundos y característicos del ser humano.

En los dados eternos está planteado la dualidad del hombre Dios, se compara lo humano con lo divino. La voz que habla a través del poema se conmueve con la situación humana, indeciso, desprotegido, abandonado a su suerte, el hombre logra la divinidad a costa de sacrificio y sufrimiento. En cambio la divinidad a costa de Dios es fútil y vano en cosntraste a lo humano que se diviniza en un mundo adverso a través del sufrimiento.

Finalmente la muerte aparece como un elemento que libera al hombre, no sólo de sufrir, lo libera sobre todo del juego de Dios, del azar al que el hombre está sometido a lo largo de su existencia, a creer en Dios.

Sin el hombre Dios es nada

Anónimo dijo...

vallejo... por el hombre!si tienes un blog completo.

maria alejandra dijo...

interesante memememem....